viernes, 5 de junio de 2009

Gotas de lluvia, el perfume de un jazmín

"No era exactamente un día lindo, ni cálido. Podías escuchar el viento zarandear los arboles, que peligrosamente oscilaban ante mi ventana. Era también, el día de mi cumpleaños.

Yo sostenía un libro grueso entre mis manos, pero ya no puedo recordar de qué trataba. Mis manos, se habían vuelto blancas y pálidas, seguramente por que el sol no había salido en semanas, y mis carceleros (mis padres), no me dejaban asomar ni la nariz por la puerta.

Hacia muy poco que me habían diagnosticado una enfermedad, tampoco me pregunten cual era, por que menos me la acuerdo, y por ello no podía arriesgarme.

Miraba a través de los mojados cristales de la habitación, deseando salir y correr bajo la lluvia, como solía hacer antes. En la esquina, apareció una silueta delgada y desgarbada de un muchacho. Reconocí enseguida a uno de mis vecinos, y además la cara familiar un compañero de mi clase. Lucas cruzo la calle corriendo, y entre sus manos llevaba algo.

Abrí mi ventana y le hice señas para que se acercara más. Cuando llego, estaba empapado y con los pies llenos de barro, Lo hice pasar a mi cuarto, y le tendí una frazada para que se calentase. El me extendió sus manos y me dio lo que llevaba entre ellas. Era un ramillete de jazmines blancos, perfectamente abiertos y con un dulzón olor a limón, y una pequeña cajita con un prendedor de mariposa.

Debo haberme sorprendido mucho, por que el me miro con desesperanza, y pregunto: " No te gusto el regalo? Me habías dicho que los jazmines y las mariposas te gustaban." Me limite a decirle "No me gusto, me encanto tu regalo". Una sonrisa se ensancho en los labios de Lucas, y contesto "Me alegra que te guste."

Ese, sin duda, fue el mejor cumpleaños de mi vida"

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