miércoles, 2 de septiembre de 2009

Mi sentir hacia las letras

Escribo, me leo y me corrijo.
Me voy adueñando de un estilo, de una técnica y de una identidad; que al desgranarla me descubre.
Escribo con pasión: por amor, por tristeza, por alcanzar la cima de mi mundo… y busco algo que sea capaz de decirlo todo en una frase, sin exagerar ni reducir su valor.
Pero no encuentro palabras que sean lo bastante fuertes para sostenerme.
Y ya no me soportan las mentiras.
Voy a comenzar con algo nuevo, no importa que nadie me recuerde, si no que basta con que yo no me olvide de mi, que mi vida sea algo que en mi trascienda.

Escribo, me leo y me corrijo.
En un principio como una queja, como rebeldía, luego solo fue una parte del método de la conquista para crear cadenas al resto y quitarme las mías. De enredarlos uno a uno y conseguir que sucumbieran.
Y al final de eso es de lo único que me arrepiento.
Desde la primera vez que garabatee sobre el teclado, mi historia en las letras tenia origen en las burbujas que un ilusionista lanzo sobre mi. Todo aquello que yo quería denunciar, me colocaba sobre un escenario, gritándole cosas que pudiera escuchar. Pero sin obtener más que el silencio del enorme auditorio.

Escribo, me leo y me corrijo.
Sueño con escribir para alguien más, quiero que esta voz que soy capaz de usar la escuchen. No solo por el ilusionista, no solo por los viejos amores, por que yo no volveré a tomar este medio para hablar de lo que paso, si no de lo que esta sucediendo.
Que mi vida sea algo que en mi trascienda.

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