jueves, 16 de julio de 2009

Aun lo recuerdas?


Y fue así, como nos vimos obligados a estar lejos. No nos hablamos por meses enteros; y el miedo de tornarme desconocida para ti me llenaba por completo.
Evite reuniones y salidas, deje de frecuentar a intelectuales; me volví mas arisca y reacia a relacionarme con la gente. Lentamente todos se fueron, y mi hogar, ahora vacío sin el, se convirtió en fortaleza.
No quería olvidarme de mis sentimientos bajo ningún concepto. Había noches en las cuales no sabia que hacer, y me sentaba a mirar los testimonios de los recuerdos que ambos habíamos vivido.

Todas esas noches lloraba amargamente, extrañándolo muchísimo. Supuse que tal sentimiento de autocompasión hacia mi misma me hacia daño. Mis amigas quisieron ayudarme; pero fui terca y no les hice acaso por más que tuvieran razón.
Pero toda esa situación duro más de lo que yo soportaba. Y de un día para el otro, tire todo aquello que me unía a el y mi pasado.

No podía dejar de crecer y detener el tiempo en mi vida para no cambiar. Pensé en un principio que el me amaría igual que antes si me mantenía tal y como soy.
Al final, volví a ser sociable, y salía cada vez que podía. Conocí personas que de momento me hicieron sentirme acompañada y sostenida.

Fue entonces cuando un hombre importante en mi vida, confeso que estaba enamorado de mi.
El silencio que invadió la habitación fue como un balde de agua helada, y una respuesta sin siquiera ser pensada broto de mis labios:

-Lo siento, pero estoy esperando a alguien- dije
Huí a mi fortaleza y me refugie en mi habitación. Llore un poco y me senté a esperar algo.
Soñaba con oír noticias de el que nunca llegaban.
No quiero volver a ser una desconocida para el. Pero el tiempo para nosotros dos, ya paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario