Llegaste de improviso, con todo lo que necesitaba para ser feliz. Dispuesto a amar cada centímetro de mi piel, cada defecto de mi ser, cada virtud en mi accionar. No te importaba mi pasado ni mi accionar previo, me amabas por lo que yo era. Me amabas tanto. Dispuesto a llevarte todo lejos, muy lejos. Listo para tomar mi mano y salir corriendo y empezar de nuevo.
Eras un sueño hecho realidad; eras perfecto eras todo lo que necesitaba. Pero como un conejito asustado, yo huía de los que podía hacerme bien, tan solo por miedo de no saber que me iba a encontrar
Ahora todo estaba lleno de esperanzas y de oportunidades. Pasaba por una horrible transición que no podia superar Pero yo no pude amarte así, asustada por lo desconocido. Llena de indecisión, me arriesgue en un amague. Y la ficha me cayó. Y la realidad fue como un baldazo de agua helada… Desapareció todo. Absolutamente todo. Pensé que me odiabas y me sentía mal por no haber podido salir de todo esto sin lastimar a nadie. Yo no quería herirte, no quería volver a lastimar a nadie…
Los días fueron semanas, las semanas se amontonaron en los meses, Paso medio año…
Yo había perdido toda oportunidad de hablarte y no me animaba a saludarle en la calle cuando te veía pasar a mi lado.
Y me dolió al principio, pero eso me hizo fuerte. Cuando creí que no me importaba más, me hablaste. No cabía en mi de la emoción, me sentía impaciente, un poco temerosa de que fueras a decirme algo que me hiciera sentir mal. Pero decidí encararte; y para mi sorpresa me esperaba un fuerte brazo y una palabra “Tonta”. Ese día por primera vez, fui inmensamente feliz.
Y la sonrisa todavía me dura hoy :D
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