miércoles, 22 de diciembre de 2010

25/08/09

La condena

Me condeno una y otra vez.
Pensando en la mejor manera de seguir; atándome con hilos que apenas si pesan mas que telarañas, pero cuya intensidad equivale a la de un par de cadenas.
No me importa el caer una y otra vez, sobre el camino, ni que los lazos desgarren la piel de mis muñecas, ni que gotas carmesí caigan del cielo.
No me interesa realmente, tan solo si esta ahí, esperando a que lo alcance… para mi es suficiente. Lo perdí todo por seguirlo, y no dudaría en tomar de nuevo la misma decisión, mientras el se quede junto a mi.

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