viernes, 8 de mayo de 2009

2. El ocaso interminable o la separación de los dos

Seguimos lejos, aun. Por más que estiremos nuestras manos sobre el vacio, las palabras soñadas nunca llegaran. Los débiles ecos de un deseo acallado, sentimientos que no afloraran de mi piel. Están escondidos del mundo, tienen miedo de salir.

Si antes parecías un fanta
sma, ahora te has vuelto aun más etéreo y lejano. Desearía que tus ojos se posaran sobre mí. Cuando te conoció lo hacían con tranquilidad, con seguridad. Eres un ser valioso, pero estamos tan lejos. Si tu voz me buscase, jamás me encontraría.

Salvo en aquella esquina oscura de la primera vez.

Siento dentro de mí ser, que aquel personaje pálido no regresara al lugar de encuentro. ¿Este es el adiós? ¿O una prueba más? Que será lo que debemos afrontar alejados, extraño esos ojos llenos de un aura misteriosa, que hacen que las palabras sobren. Mi curiosidad no cesa, solo se duplica.

Quiero ver más allá de todo, soñar no tiene límites. Cuando la noche acabe cerrare mis ojos cansados, para esperarte también la próxima ocasión.

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