miércoles, 3 de febrero de 2010

Y la lluvia cae incesantemente.

Estaba sentada esperando que los colectivos pasaran. Amo la lluvia, pero no me gusta mojarme cuando pienso en que las cosas que llevo encima se arruinen.
Pero cuando no tenga nada que pueda verse afectado con la lluvia, creo que me gustaría salir por la calle y caminar bajo el cielo gris y húmedo.

Con el viento frío calándome los huesos, con las pesadas gotas cayendo sobre mi piel, el alivio del calor de la tarde, ser despeinada por el viento. La noche cerrándose sobre mi cabeza, mientras la luna yace escondida tras las nubes.

Hoy quería empaparme de pies a cabeza, pero no quería hacerlo sola.
Se muy bien que si yo doy la vuelta para irme sin despedirme, me seguiría unos pasos rogando que regrese. Pero a la vez me dejaría ir.

Cuando pensé en irme sin decirte nada, escapando bajo de la lluvia, trataba de adivinar si me iba a sujetar de las manos y retenerme junto a el. La verdad no hallé respuestas a esa pregunta por muchas vueltas que le di.

Una persona importante para mi, adoraba una cita de un comic coreano (que le gustaba mucho). La cita decía así: “¿No te gusta la lluvia? A mi si. Me da la sensación de que todo se vuelve más nítido... hasta mi corazón. El agua que cae siempre desde arriba, limpia el mundo. Espero que se lleve todo
[Nabi, The prototype]

Yo también espero eso de la lluvia. Que se lleve todo a su paso, que limpie mi corazón y en cierta forma lo haga renacer en algo mejor.

Por eso quiero quedarme alguna vez sentada debajo la lluvia, dejando que se lleve mis preocupaciones sobre que cosas importantes para mi se mojen, sobre si después me van a retar por no resguardarme de la lluvia y llegar empapada.

Quiero darme cuenta, de que no soy la única que esta llorando en ese momento, y disfrazar mis lágrimas con el llanto del cielo gris. Que mi aliento forme vetas de vapor caliente, dejando escapar así toda mi vida.
Quiero sentir que he vuelto a nacer.

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