lunes, 2 de agosto de 2010

El llamado

El lobo llama a la luna. Sabe que la luna no bajará por el, el espera.
Las sombras lo rodean, se le unen, mientras su pureza se ve mancillada por el desgaste de su mente.
Perdiendo la cordura. Y se inunda de sueño. Sueña esperando para que llegue el momento.
Sus ojos se abren súbitamente, su corazón se acelera. Se torna inquieto y agresivo.
Algo esta viniendo por el. El está a punto de ver su amanecer.

Esta es la existencia de un ser que recién despierta. Toda su vida durmiendo sin poder descansar realmente, aguardando por el llamado en el cual siempre creyó.
Un aullido lo despierta en el medio de la noche, el levanta sus orejas. No puede creerlo.
Se pone de pie, su hermosa silueta negra destella contra la luna mientras su afilado hocico busca el origen del sonido.
Comienza a correr, sabe a donde ir.
Salta sobre la nieve, esquiva las ramas bajas de los abetos, se desliza sobre el lago congelado. Avanza sin detenerse, ya no desea descansar. Si no sigue ahora puede perder de nuevo el llamado.
Pero sin importar cuanto corra el sonido continúa muy lejos. Poco a poco la llama que el aullido había despertado, oscila peligrosamente.
Pero no va a rendirse. Está esperándolo.
Continúa la noche entera corriendo a la deriva.
El amanecer le pisa los talones, el no se desespera. Seguro de su destino.
Por fin sus ojos la encuentran, esta sentada al otro lado de un barranco. El ultimo obstáculo.
Retrocede y se prepara para correr un poco más. Toma impulso.
Salta por la barranca y aterriza sobre el otro extremo.
Al salvo.
Con ella.

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